El amor y el pánico se entremezclan en la vida de las víctimas de violencia doméstica. No son capaces de abandonar a su compañero porque establecen una extraña relacion de dependencia con su agresor, es el "sindrome de dependencia afectiva" que les lleva a perdonarles una y otra vez. Poco a poco se van sintiendo incapaces de hacer nada por sí mismas, se vuelven inseguras y su autoestima va disminuyendo, con el tiempo la sumisión es absoluta creyendo que siempre tiene razón su maltratador.

"la cena esta fría", "mira que eres tonta", "¿cuántas veces te lo tengo que decir?", "el dinero lo pongo yo", "me das asco", "te quiero" , "callate, he dicho que te calles", "mira lo que me has hecho hacer", "no haces nada bien", "mi camisa todavia no esta planchada" " ¿estás sorda?", "no quise pegarte", "yo mando en tí ", "no llores", "te quiero" ," tu no entiendes nada"...

La mujer es un objeto que le pertenece y cuando no acata sumisamente su voluntad y se rebela, se siente humillado y recurre a la violencia. Son hombres celosos, posesivos y controladores, la mayoría de ellos no se reconocen como maltratadores.  Los golpes que propinan a la mujer se transforman en una simple  "pelea"  cuando quien lo cuenta es él y los insultos y gritos se convierten en "problemas de pareja". No hay palabras para describirlos. Unas mujeres, muy pocas consiguen romper con todo y empezar una vida nueva, otras no han conseguido aún reunir las fuerzas suficientes para abandonar su particular infierno. Ante la magnitud del fenómeno, en todo el mundo se están llevando a cabo campañas de sensibilización para acabar con la violencia sexista, como Ahige que surgió en el seno del grupo de hombres de Málaga creado a principios de 2001 cuyos objetivos básicos son trabajar contra la discriminación estructural que esta sociedad machista genera y favorecer el cambio de los hombres hacia posiciones igualitarias, esto supone un pequeño paso hacia adelante pero erradicar la violencia de género sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes de nuestra sociedad.

Escrito por Julia Yeguas Ramírez, 1º de Bachillerato.