Menu Content/Inhalt
Portada arrow Cuentos y Poemas arrow LA FAMOSA HISTORIA DEL LABERINTO SIN FIN
LA FAMOSA HISTORIA DEL LABERINTO SIN FIN PDF Imprimir E-Mail
Escrito por Alumna IES BAELO CLAUDIA: Yéssica Hidalgo   
viernes, 18 de mayo de 2012
Autora: Yéssica Hidalgo Ortíz

1ºC/ IES BAELO CLAUDIA

"LA FAMOSA HISTORIA DEL LABERINTO SIN FIN"

Era un cálido día de Domingo en la ciudad Esmeralda. Las personas descansaban de sus trabajos y pasaban todo el día con sus familias tranquilos. ImageEn un parque de allí donde había tranquilidad y paz estaban hablando un grupo de amigos sobre sus notas del colegio porque habían hecho un examen.

-Yo he sacado un 6'5. Dijo Matías, el de los ojos celestes, que casi siempre suspendía y vestía con un chándal gris y llevaba el pelo lacio y de color marrón.

-Pues yo un 10. Dijo Lucas, el de los ojos verde que siempre sacaba sobresaliente y vestía muy arreglado siempre y llevaba el pelo lacio y de color marrón oscuro.


-Yo un 0. Dijo Samanta la típica deportista, y la que siempre suspendía. Vestía una gorra blanca y una ropa deportiva, el pelo era rubio y rizado.

Yo un 1'5 , ¡Te he superado Samanta!. Dijo Isabela la presumida que solo le importaba ella. Vestía una camiseta rosa y era morena.

A Samanta no le importaba que ella le ganara porque ella pasaba del colegio. Todos estaban pensando que hacer este fin de semana cuando a Lucas se le ocurrió una idea:

-¿Qué podemos hacer esta tarde?. Preguntó samanta.

-Podemos ir al cine a ver “EL LABERINTO SIN FIN”. Sugirió Lucas con timidez.

Los demás opinaron:

-¡Es muy buena idea Lucas!

-Quedamos todos a las 9 en el cine, ¿estáis de acuerdo?. Dijo Samanta que estaba muy emocionada.

-Vale es una hora genial. Dijeron todos a la vez.

-Bueno hasta las nueve. Se despidió Samanta.

Lucas en su casa se preparaba para ir al cine. Matías se puso su mejor traje para ir elegante, Isabela , bueno ella iba espectacular, como siempre. Samanta, por primera vez se vistió arreglada y en vez de ir en chándal iba con un vestido de color morado.

Cuando llegaron todos al cine compraron las entradas y palomitas, y se adentraron a ver la película de “EL LABERINTO SIN FIN”. Todos estaban muy emocionados por verla.

Mientras veían la película algo extraño pasó, era como si ellos estuvieran dentro de la película. Eran los protagonistas. Estaban en el laberinto, atrapados en él.

Isabela y Samanta estaban en una parte del laberinto, mientras que Lucas y Matías se encontraban en otra parte.

-¿Dónde estamos?. Preguntó nerviosa Isabela.

-Creo que estamos dentro de la película del laberinto. Respondió Samanta sorprendida.

-Bueno, ¿dónde pueden estar los demás?. Siguió Isabela.

-Vamos a intentar seguir adelante, encontrar la salida y a los demás. Sugirió Samanta

Mientras tanto en la otra parte del laberinto.......Lucas y Matías estaban muy nerviosos y preocupados:

-¿Estamos en el laberinto de la película?. Preguntó angustiado Matías.

-¡Creo que si!. Contestó con miedo Lucas.

-¿Y las chicas, les habrá pasado algo malo?. Preguntó de nuevo Matías.

-Vamos a seguir para delante para encontrarlas y poder salir del laberinto. Sugirió Lucas.

Mientras Samanta e Isabela caminaban por el laberinto algo extraño escucharon, vieron sombras malévolas, oscuras y muy tenebrosas. Ellas estaban muy temerosas porque sentían que algo se les aproximaba. De repente empezaron a gritar, porque un ogro malvado y feo les impedía seguir el camino.

Mientras, Lucas y Matías corrían y gritaban, porque del suelo salían plantas que querían acabar con ellos. Matías iba detrás de Lucas, así que una de las plantas lo cogió por las piernas y lo arrastró hasta sumergirlo en la tierra. Lucas intentó ayudarle pero no podía, porque le podían atrapar a él también, así que siguió corriendo.

Las plantas seguían saliendo y cada vez mas, iban detrás de Lucas pero él no se daba por vencido. En una de estas, una de las plantas consiguió atraparlo, mientras la planta lo arrastraba, él intentaba soltarse. Con una de las manos consiguió atrapar algo puntiagudo que con eso cortó la rama que lo sujetaba. Entonces pudo salir corriendo en busca de sus amigas.

Mientras Lucas seguía corriendo algo se deslizaba detrás de él. Se paró un momento para descansar un poco. La pesadilla no había terminado, de repente apareció una enorme serpiente de dientes grandes cuerpo alargado de color verde y manchas negras. Tenía una mirada muy penetrante. Lucas estaba paralizado por el miedo, cuando recordó que en la mano llevaba el objeto puntiagudo. Entonces la serpiente lo atacó y Lucas hizo un movimiento con el brazo y lanzó el objeto puntiagudo hacia la serpiente. Tuvo mucha suerte porque se clavó en la cabeza de la serpiente.

Lucas respiró tranquilo y siguió buscando a sus amigas.

Las chicas seguían corriendo y Lucas también. Al curvar los tres se chocaron.

Se pusieron contentos pero las chicas seguían nerviosas y asustadas.

-¿Qué os ocurre?. Preguntó Lucas.

-¿Dónde está Matías?. Preguntó Isabela.

-Eso no importa ahora, tenemos que irnos, un ogro nos persigue. Luego nos lo cuentas Lucas. Dijo Samanta.

Lucas les dijo que se fueran, que él se encargaba del ogro. Y así fue.

Cogió una barra de hierro que se encontró en el suelo y empezó a luchar con el ogro.

El ogro era mas fuerte que Lucas y le estaba dando una paliza de muerte, cuando en un de esas Lucas le alcanzó, el ogro no paraba de tambalearse de lado a lado. A sin que Lucas no lo pensó dos veces y le volvió a dar con la barra de hierro. El ogro calló al suelo y Lucas salió despavorido.

Las chicas seguían corriendo, pero detrás de ellas se escuchaba la voz de Lucas que decía:

-¡PARAD!

Y Lucas les contó lo que le había pasado a Matías, y que el ogro no les iba a molestar más.

Cuando estaban hablando algo extraño salió de las paredes. Eran unos fantasmas repugnantes.

Samanta dijo:

- Iros, yo me encargo de acabar con ellos.

Samanta empezó a luchar con los fantasmas. Uno de ellos le dio un golpe muy fuerte que hizo que se le cayera el móvil que llevaba.

El móvil se encendió y la luz que salía de él hizo que uno de los fantasmas desapareciera.

Samanta se dio cuenta de eso, cogió el móvil y alumbró a los demás fantasmas,

Y desaparecieron.

Samanta respiró aliviada pero aún no había terminado todo. Lo peor estaba por llegar. Detrás de las sombras apareció un inesperado monstruo de grandes pezuñas y una boca enorme, era de color verde y muy horripilante. Samanta no sabía que podía hacer, estaba aterrorizada y no podía pensar bien. No sabía con que luchar, solo tenía su móvil. El monstruo se acercaba cada vez mas a ella y ella cada vez mas se alegaba. Solo pensó que si los fantasmas desaparecieron con la luz del móvil, porque al monstruo no le podía pasar lo mismo. A sin que corriendo se lo tiró y el monstruo se lo tragó. La batería del móvil hizo explotar al monstruo haciéndole desvanecerse en mil pedazos.

Samanta sorprendida por lo que había hecho corrió a buscar a sus amigos para contarle lo que había pasado.
 
Por fin Samanta se encontró con sus amigos y le contó lo que había sucedido, ellos se quedaron muy sorprendidos. Mientras caminaban por el laberinto sin saber por donde ir, algo sintieron, tal vez podría ser el miedo que tenían. Escucharon sonidos muy tenebroso y espantosos, no se lo podían creer todavía no había acabado. Por detrás de ellos una enorme roca venía a toda velocidad. Ellos no sabían dónde meterse, solo podían correr. Mientras corrían en una pared del laberinto había una manuscrito, Isabela, Samanta y Lucas no tuvieron mas remedio que leerlo e intentar salvarse. El manuscrito decía:

Si ustedes acertáis esta adivinanza, la piedra parará y os podréis salvar:

Vivo entre dos muros que no pueden verse

y aunque no me doblo

me dobla la gente.

Todos se pusieron a pensar deprisa, pues la roca venía.

-Puede ser una pared. Sugirió Samanta, pero la roca seguía rodando a toda velocidad.

-Pude ser la calle. Dijo Lucas, pero la roca les pisaba los talones.

Y se escuchó decir:

-La esquina. Se escuchó gritar. Al instante la roca despareció a la nada.

Todos se miraron y sonrieron nerviosos, quién pudo haber sido se preguntaron. Había sido Isabela, todos muy contentos le dieron las gracias. Siguieron caminando por el laberinto, tenían hambre y sed, estaban asustados y tenían ganas de salir de allí, también echaban de menos a Matías y pensaban como habían acabado en aquel laberinto.

Caminado por el laberinto se encontraron a un ser muy pequeño y diminuto, parecía estar solo, muy triste y desesperado. Ellos se acercaron a hablar con él.

-¿Estas solo, perdido en el laberinto?. Le preguntó Lucas con intención de ayudarle.

-Llevo mucho tiempo intentando salir de este horrible lugar. Respondió el ser diminuto.

-¿Cómo te llamas? Yo me llamo Samanta, ella Isabela y él Lucas. Dijo Samanta.

-Me llamo Spiris.-respondió el ser- ¿os puedo acompañar, por favor?.

Samanta tenía un presentimiento de que aquel ser era demasiado extraño, aunque dejó que se uniera a su grupo no se fiaba de él. Era muy extraño que ese ser pudiera haber vivido tanto tiempo en aquel lugar sin comida ni agua. Pero siguieron caminando, Spiris se arrimó a Isabela y no se apartaba de ella. Ellos no paraban de hablar y cuando Lucas y Smanta se acercaban Spiris callaba.

-¿De qué estáis hablando vosotros dos?. Preguntaban Lucas y Samanta.

-De nada, de nada. Se callaban y se reían entre ellos.

Estaban cansados y agotados, no sabían cuanto tiempo llevaban allí. Para ellos era como si hubiera pasado una eternidad. Lucas y Samanta se estaban dando cuenta de que Isabela estaba cambiando su carácter, estaba muy nerviosa y enfadada, siempre le estaba echando las culpas a ellos de lo que les había pasado. En cambio Spiris estaba contento.

En el laberinto encontraron un árbol con solo una manzana, corriendo Isabela la cogió, pues tenía mucha hambre.

-Por favor dadnos un poco de esa deliciosa manzana. Dijeron Lucas y Samanta.

-No, solo la compartiré con mi amigo Spiris. Dijo Isabela.

-¿Por qué no nos das, nosotros somos tus amigos no él?. Dijo Samanta.

-Estoy harta de que siempre sea yo la inocente y la buena del grupo, de ahora en adelante seguiré con mi buen amigo Spiris, porque él si que es un verdadero amigo. Dijo Isabela muy enfadada.

-No te das cuenta de que te está utilizando. Gritó enfadada Samanta.

-Lo que os pasa es que estáis muy celosos de que tenga un gran amigo como es Spiris. Contestó Isabela.

-¿Qué es lo que estas haciendo con nuestra amiga ser inmundo?.Preguntó Lucas dirigiéndose hacia Spiris.

Spiris levantó la mano y le lanzó a Lucas una rayo y lo dejó inconsciente. Samanta muy cabreada gritaba:

-¡QUÉ LE HAS HECHO!

-Isabela es mía, su espíritu me pertenece, se lo he robado y nadie puede detenerme, ja ja ja ja ja. Dijo Spiris.

Samanta viendo como se alejaban Isabela y Spiris gritó:

-Isabela nosotros somos tus amigos, recuerda los momentos tan felices que hemos pasado juntos, como hemos crecido, siempre hemos estado juntos, y tú siempre ayudabas a los demás aunque solo te preocupases por tus uñas, recuerda que tenemos que ayudar a Matías que a desparecido, tienes que acordarte ¡por favor!.

Entonces Isabela empezó a recordar y se dio cuenta de que Spiris no era mas que un farsante que quería separarla de sus mejores amigos.

-Tú no eres un amigo, tú eres un farsante. Dijo Isabela.

-No, yo soy tú amigo ellos no. Dijo muy nervioso Spiris.

Spiris viendo que no podía con tanta presión desapareció para siempre. Lucas se despertó de terrible rayo, y todos se abrazaron, Isabela les pidió perdón y ellos le dijeron que no pasaba nada. Y siguieron caminando felices.

Mientras caminaban por el laberinto escucharon una voz que salía de entre las murallas. La voz decía:

-¡Hay una manera de salir del laberinto!

-¿Cómo?. Preguntó Lucas.

-Tenéis que hallar “LA COPA REAL”. Les respondió la voz.

Lucas, Isabela y Samanta se miraron decidieron buscar la copa.

Después de luchar y enfrentarse con interminables obstáculos, encontraron la copa real. De ella se volvió a escuchar la voz y decía:

-Para poder salir del laberinto tenéis que encontrar una palabra que signifique lo que ustedes representáis, a sin volveréis a casa.

-Yo no me iré sin Matías. Dijo Lucas.

-Nosotras decimos lo mismo. Dijeron Isabela y Samanta a la vez.

Entonces la voz preguntó:

-¿Seríais capaces de dar vuestras vidas para salvar la de Matías?

-Yo por supuesto. Dijo Lucas.

-Yo también. Dijo Samanta.

-Y yo. Dijo Isabela.

La voz dijo.

-Tenéis que daros prisa el ogro se acerca.

Los chicos se miraban y pensaban la palabra.

Después de tanto pensar se dieron cuenta de que significaba la palabra. Pero tenían que darse priesa porque el ogro les pisaba los talones.

-¡La palabra mágica es AMISTAD!. Gritaron los tres a la vez.

Todo desapareció, y se encontraron de nuevo en el cine.

Se pusieron muy contentos y se abrazaron. Todos se contaron lo que había sucedido, tal vez todo fuera fruto de su imaginación.

FIN
 
< Anterior   Siguiente >