El día 27 de Marzo teníamos una cita en nuestra clase, 6º. Esperábamos a una o más personas de raza gitana para tratar el tema de la interculturalidad. Cuando entramos en clase, ya nos estaban esperando. Eran dos: José, de Bienestar Social, no gitano, y Antonia, una muchacha, que pertenece a la Asociación de Mujeres Gitanas en Paro.
A través de la PDI y de sus palabras fuimos conociendo un poquito la historia del pueblo gitano. Sus costumbres y su cultura, en general.
No es muy conocida porque no es una historia escrita, sino que la van pasando oralmente de generación en generación.
Se cree que el pueblo gitano procede de la India, y que se fueron extendiendo por toda Europa.
Al principio fueron bien recibidos, pero después pasaron a ser perseguidos, y no les dejaban estar juntos.
Hablamos de sus costumbres y tradiciones, de su idioma, de que fueron adoptando la religión del país donde vivían.
Hicimos juegos para comprobar lo fácil que es generalizar, y de que juzgamos a las personas sin conocerlas, solo por las apariencias.
Antonia nos contó que su hija mayor, que tiene 16 años, y que estudia en un instituto, tiene que luchar doblemente, para sacar sus estudios bien, y para no perder sus tradiciones gitanas, porque si no, su familia se enfadaría.
Hemos comprendido que podemos ser diferentes e iguales al mismo tiempo. Diferentes en costumbres o color de piel, pero iguales en derechos y obligaciones, como personas.
Nos sorprendió saber que los gitanos tenían su propia bandera, que nos gustó mucho. Tiene dos colores, el azul del cielo y el verde del campo.
En el centro lleva una rueda grande de carro, que significa la libertad para ir de un sitio a otro, pues eran un pueblo nómada.
Todas las culturas tienen cosas positivas y negativas y debemos respetarnos.